La formación de valores
del docente en la educación
superior se convierte en una tarea difícil debido a la diversidad de
valoraciones personales y sociales que se establecen; Formar un profesional
consciente y coherente con la realidad implica un trabajo
estratégico para la educación.
La sociedad
actual exige cada vez con más agudeza la presencia de profesionales
competentes, no sólo capacitados de manera óptima en conocimientos, técnicas
y habilidades, sino también formados en aptitudes y valores
que lo hagan un ser útil, productivo y formativo dentro de su entorno. En ese
sentido:
la calidad
en la formación de un profesional no sólo depende del currículo
universitario, sino también de los intereses y valores que regulen su actuación
profesional… El amor
a la profesión, la responsabilidad,
la honestidad
constituyen valores esenciales reguladores de la actuación de un profesional
competente." (González, 2000).
Los valores son en sí mismos un despliegue de los seres humanos, por
tanto, tienen un carácter
individual; sin embargo, por el mismo hecho de ser un actor social, el ser
humano adquiere ciertos valores establecidos en la sociedad en la que vive.
Cada docente proyecta de manera diferente sus valores a través de
manifiestos concretos, desde valores sociales como la igualdad,
la justicia,
el respeto,
la socialización
o la convivencia, hasta los valores
afectivos como autoestima,
autonomía, responsabilidad o planificación.
Los seres humanos asumen de manera distinta cada valor y
lo asimilan, interiorizan y aplican de acuerdo a su formación y construcción
personal
dentro de la sociedad y de la relación con su medio.
La formación de valores, no
está exenta de generar las condiciones para diseñar las estrategias necesarias
en el afán de consolidar un perfil profesional coherente con nuestros tiempos.
Las exigencias del mercado
laboral
tienen que ver con actos responsables y consecuentes con el desarrollo
humano y social; Por eso es que las autoridades y docentes
de la educación superior deben elevarse a un sitial que los coloque como
ejemplos y modelos de conducta
para los estudiantes.
Se dice que un docente de la educación superior debe de estar
preparado para proyectar motivar manejar y orientar a los estudiantes partiendo desde su
formación de valores como la honestidad la responsabilidad la igualdad el amor
la amista la tolerancia y la compresión.
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